Se llevó a cabo en la Escuela Secundaria para Adolescentes, Adultos-Anexo Escuela Técnica, “Dr. Juan Gregorio Pujol de Saladas, el acto por la Memoria, la Verdad y la Justicia, en coincidencia con el aniversario del Golpe Militar del 24 de marzo de 1976, que comenzó a escribir una página negra en la historia argentina instaurando el Proceso de Reorganización Nacional que produjo 30 mil desaparecidos y un descalabro económico que costó mucho esfuerzo recomponerlo y que aún lo estamos pagando.
El acto comenzó con la presencia de directivos, profesores y alumnos formados en el SUM de la institución, luego se produjo la entrada de las Banderas de Ceremonia de la Provincia de Corrientes y de la República Argentina, seguidamente se entonó el Himno Nacional y las palabras alusivas a la fecha estuvieron a cargo de la Profesora Ana María Monzón y la alumna Gisela Miño de 1° Año 3° División. En el turno tarde y noche las responsables de las glosas fueron las profesoras Agripina Monzón y Pamela Diez.
Las palabras pusieron de manifiesto que: El 24 de marzo de 1976, un golpe de estado cívico – militar derrocó al gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de Perón, e instauró una dictadura que gobernó a la Argentina entre 1976 y 1983 a través de una Junta Militar encabezada por los tres comandantes en jefe de las tres Fuerzas Armadas, Jorge Rafael Videla, (Ejército); Emilio Eduardo Massera, (Armada) y Orlando Ramón Agosti (Fuerza Aérea). Este Gobierno se autodenominó “Proceso de Reorganización Nacional” y por ello suele recibir como toda referencia “El Proceso”.
Los golpistas tomaron el poder en un contexto de violencia creciente, caracterizada por acciones de terrorismo de estado llevadas adelante por las Fuerzas Armadas, el grupo parapolicial subversivo Triple “A”, integrado por seudos dirigentes políticos y la actuación de organizaciones guerrilleras que en su conjunto generaron un estado general de caos, violencia que llevó a la muerte a numerosos civiles inocentes. Este estado fue conocido también como “Guerra Sucia”, trabajando coordinadamente con otras dictaduras instaladas en otros países sudamericanos mediante la implementación del “Plan Cóndor”, que contó con el apoyo de los principales medios de comunicación privados e influyentes grupos de poder civil, la Protección inicial del gobierno de los EE.UU. y la pasividad de la comunidad internacional.
Tanto el gobierno de facto, como la guerrilla, secuestraron, torturó y ejecutó a miles de personas, establecieron centros clandestinos de detención para llevar adelante estas tareas. Las personas detenidas en estos centros fueron conocidas luego como “Los Desaparecidos”, gran cantidad de los cuales fueron ejecutados y enterrados en fosas comunes o arrojadas al mar desde aviones militares. Otro perverso mecanismo implementado fue el de la apropiación de bebés de madres en cautiverio por parte de la misma estructura militar” de los más de 500 niños apropiados casi 100 ya recobraron su verdadera identidad, gracias a la labor de las Abuelas de Plaza de Mayo.
La decadencia y las desinteligencias del gobierno de facto, nos llevó entre otras cosas a la Guerra de Malvinas, cuyas nefastas consecuencias es por todos conocidas, sus efectos continúan hasta el día de hoy y enlutan nuestra historia. Durante el primer Gobierno democrático, luego de la dictadura militar, el presidente Raúl Ricardo Alfonsín, impulsó y llevó a la práctica el juicio a las juntas militares, lo que constituyó un hito histórico y un ejemplo para el mundo entero.
Son nuestras acciones cívicas y nuestra responsabilidad como ciudadanos lo que hará que el “Nunca Más” que se comenzó a propagar después del Juicio a las Juntas Militares, dure para siempre. En 2003 por iniciativa del presidente Néstor Kirchner, fueron derogadas por el Congreso Nacional, las Leyes de Obediencia Debida y de Punto Final y los juicios se reabrieron, en tanto que la Justicia comenzó a declarar la inconstitucionalidad de los indultos a los militares que estaban acusados de cometer crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura.
En 2006 se han reabierto 959 causas penales que siguen en marcha y en ese mismo año se estableció el 24 de marzo con el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia y como feriado nacional a través de la Ley 26085. Actualmente disfrutamos de vivir en democracia, es nuestro deber entonces, luchar por mantenerla y conocer cuáles son nuestros deberes y derechos y pelear con la razón y la cordura por un país mejor, país en el que cada ciudadano con su voto emita su voz y pensamiento. Es necesario también que miremos hacia atrás y juntos valoremos la reconstrucción de la paz que hemos logrado.
Por Ramón Francini – Diario Aurora
FOTOS: César González Francini
El acto comenzó con la presencia de directivos, profesores y alumnos formados en el SUM de la institución, luego se produjo la entrada de las Banderas de Ceremonia de la Provincia de Corrientes y de la República Argentina, seguidamente se entonó el Himno Nacional y las palabras alusivas a la fecha estuvieron a cargo de la Profesora Ana María Monzón y la alumna Gisela Miño de 1° Año 3° División. En el turno tarde y noche las responsables de las glosas fueron las profesoras Agripina Monzón y Pamela Diez.
Las palabras pusieron de manifiesto que: El 24 de marzo de 1976, un golpe de estado cívico – militar derrocó al gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de Perón, e instauró una dictadura que gobernó a la Argentina entre 1976 y 1983 a través de una Junta Militar encabezada por los tres comandantes en jefe de las tres Fuerzas Armadas, Jorge Rafael Videla, (Ejército); Emilio Eduardo Massera, (Armada) y Orlando Ramón Agosti (Fuerza Aérea). Este Gobierno se autodenominó “Proceso de Reorganización Nacional” y por ello suele recibir como toda referencia “El Proceso”.
Los golpistas tomaron el poder en un contexto de violencia creciente, caracterizada por acciones de terrorismo de estado llevadas adelante por las Fuerzas Armadas, el grupo parapolicial subversivo Triple “A”, integrado por seudos dirigentes políticos y la actuación de organizaciones guerrilleras que en su conjunto generaron un estado general de caos, violencia que llevó a la muerte a numerosos civiles inocentes. Este estado fue conocido también como “Guerra Sucia”, trabajando coordinadamente con otras dictaduras instaladas en otros países sudamericanos mediante la implementación del “Plan Cóndor”, que contó con el apoyo de los principales medios de comunicación privados e influyentes grupos de poder civil, la Protección inicial del gobierno de los EE.UU. y la pasividad de la comunidad internacional.
Tanto el gobierno de facto, como la guerrilla, secuestraron, torturó y ejecutó a miles de personas, establecieron centros clandestinos de detención para llevar adelante estas tareas. Las personas detenidas en estos centros fueron conocidas luego como “Los Desaparecidos”, gran cantidad de los cuales fueron ejecutados y enterrados en fosas comunes o arrojadas al mar desde aviones militares. Otro perverso mecanismo implementado fue el de la apropiación de bebés de madres en cautiverio por parte de la misma estructura militar” de los más de 500 niños apropiados casi 100 ya recobraron su verdadera identidad, gracias a la labor de las Abuelas de Plaza de Mayo.
La decadencia y las desinteligencias del gobierno de facto, nos llevó entre otras cosas a la Guerra de Malvinas, cuyas nefastas consecuencias es por todos conocidas, sus efectos continúan hasta el día de hoy y enlutan nuestra historia. Durante el primer Gobierno democrático, luego de la dictadura militar, el presidente Raúl Ricardo Alfonsín, impulsó y llevó a la práctica el juicio a las juntas militares, lo que constituyó un hito histórico y un ejemplo para el mundo entero.
Son nuestras acciones cívicas y nuestra responsabilidad como ciudadanos lo que hará que el “Nunca Más” que se comenzó a propagar después del Juicio a las Juntas Militares, dure para siempre. En 2003 por iniciativa del presidente Néstor Kirchner, fueron derogadas por el Congreso Nacional, las Leyes de Obediencia Debida y de Punto Final y los juicios se reabrieron, en tanto que la Justicia comenzó a declarar la inconstitucionalidad de los indultos a los militares que estaban acusados de cometer crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura.
En 2006 se han reabierto 959 causas penales que siguen en marcha y en ese mismo año se estableció el 24 de marzo con el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia y como feriado nacional a través de la Ley 26085. Actualmente disfrutamos de vivir en democracia, es nuestro deber entonces, luchar por mantenerla y conocer cuáles son nuestros deberes y derechos y pelear con la razón y la cordura por un país mejor, país en el que cada ciudadano con su voto emita su voz y pensamiento. Es necesario también que miremos hacia atrás y juntos valoremos la reconstrucción de la paz que hemos logrado.
Por Ramón Francini – Diario Aurora
FOTOS: César González Francini
Comentarios
Publicar un comentario