EL PAMPA CASTRO - Un recuerdo póstumo a un defensor de la cultura nacional


El Pampa Castro (Gerónimo Marcelo Castro) nació en el año 1938 en Santa Lucia Provincia de Buenos Aires, en plena Pampa Húmeda. Hombre de mil oficios desde muy pequeño se desempeño como empleado en Hornos de ladrillos, juntados de maíz, cortadas de ginea, cosecha de batata, repartidos de carnes, empleado de matarife, mariscador, tropero, y domador en diferentes estancias de toda la región Pampeana.

En su larga trayectoria desde sus años mozos fue domador, jinete en tres categoría, marcador pialador de revés y gran conocedor de pelajes, siempre se apreciaba una vestimenta de autentico gaucho de campero, quien se definía en vida como un gran defensor de las costumbres camperas y de nuestra tradición Argentina.
El Pampa se desempeño en grandes festivales de jineteada como animador destacado por sus largos repertorios, su amplio conocimiento, su respeto por el público, tropilleros y domadores.
En la década de 1970 luego de una separación se radica en Saladas acompañado por sus cinco hi jas, Graciela, Ana María, Mónica, Silvia, Rosita y pone una carnicería en el Mercado viejo, en 1975 conoce a Lucía una Saladeña que había estado por un tiempo en Buenos Aires y al enviudar decide regresar a Saladas con sus hijos Alberto y Ramón. Por cosas del destino se unen en un amor y como fruto del mismo en 1976 llega Karina.
Según Lucia “él, al principio no decía nada de todo su pasado hasta que un día un amigo lo descubrió y nos conto de todas sus habilidades camperas y nos mostro fotos de lo que él hacía en la pampa, es así, que al poco tiempo comenzaron a llamarlo para animar las jineteadas de toda la zona y muy pronto nos encontramos recorriendo muchos lugares de Corrientes como Mercedes, Virasoro, en Establecimiento las Marías y muchos otros lugares. Nosotros como familia lo acompañábamos siempre que podíamos a todas su actuaciones”.
Imagínese en esa época éramos muchos: sus cinco hijas, mis dos hijos, mas Karina sumábamos 10 y solo había colectivos y trenes en esa época. Pero igual lo acompañábamos y en muy poco tiempo Ramón y Alberto ya recitaban y Karina cuando tenía 5 años también comenzó con esto.
Además de las costumbres el Pampa era un conocido coleccionista, coleccionaba todo tipo de artículos gauchescos y también muchos artículos de otras épocas como de la Guerra de la Triple Alianza. Llego a tener una colección muy importante la cual lamentablemente con lo de su enfermedad y un mal momento económico tuvimos que vender primero algunas piezas y luego todo lo que tenga algún valor, lamentablemente quedaron muy pocas cosas.
Después de su carnicería en el mercado viejo se instalo en el Barrio Estación donde tenía un negocio de ramos generales y carnicería. Después de un tiempo consigue trabajo en Pindapoy como sereno y ahí se queda hasta que le diagnostican diabetes con insuficiencia renal crónica por lo cual se jubila.
Esta enfermedad lo lleva a Corrientes por diálisis tres veces por semana en los últimos 13 años de su vida, lo que lo marca profundamente porque debe retirarse del campo de jineteada debido a que también sufrió perdida de la vista .
A pesar de todo esto el Pampa siguió luchando hasta los últimos días y en más de una oportunidad se acercó a alguna jineteada en su silla de ruedas y en su lecho de muerte se lleva el amor de todas las personas que lo acompañaron y deja un mensaje de agradecimiento a Dios por haberle dejado como herencia a sus hijos el legado cultural y la educación en valores y principios como así también a sus seguidores que siempre lo ayudaron.



GENTILEZA REDACCION AURORA

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